El autoritarismo, paternalismo y patrimonialismo continúan.
Cancela el ejercicio de ciudadanía.
Vivimos en una sociedad despolitizada.
Juan Pablo García Vallejo
Palacio de Minería, Ciudad de México, Febrero/19/2009.- Una de las actividades más interesantes, del inicio de actividades de la FIL Minería 2009, fue la presentación de una colección de libros, producto de varios seminarios de investigación en la Facultad de Filosofía y Letras, de la UNAM, en el auditorio Bernardo Quintana. Uno de ellos dedicado a la cultura política mexicana, del que les comentaré los más destacado que dijeron las catedráticas.
En opinión de la destacada historiadora Cristina Gómez, no ha cambiado en nada la cultura política en México, es decir, que los atributos nocivos de la cultura política “como el autoritarismo, paternalismo y patrimonialismo siguen vigentes, solo crean súbditos y cancela el ejercicio de ciudadanía. Es decir, que la cultura política priísta continúo en la alternancia democrática.”
El libro es producto de un seminario colectivo en el que participaron dos historiadores y dos filósofos. En la primera parte se analiza la cultura política pos-representacional; es una colaboración teórica.
“Quiere convencer al lector de la importancia de la cultura política para la formación democrática. Esta preocupación es también para revalorar la misma política porque esta se encuentra completamente desprestigiada ante los ojos de cualquier ciudadano.” Y agrega que “los mexicanos vivimos en una sociedad profundamente despolitizada.”
Contiene también un resumen de una investigación de la cultura política en la escuela, una gran ausencia para las nuevas generaciones con la desaparición de las clases de civismo.
Otro de los textos que entra dentro de la cultura política es la aportación realizada por la caricatura política, titulada Caricatura y poder: la silla, la presidencia y otras caricaturas perniciosas de Alejandro de la Torre, “en donde aborda el estudio de la caricatura política. De la Torre inicia correctamente planteando cómo el humor es empleado como instrumento político para la crítica y deslegitimación del poder político. Cómo la función de la caricatura política es desenmascarar mediante la exageración las realidades que los poderes hegemónicos insisten en ocultar.”
El investigador hace una selección de varias caricaturas donde aparece en la prensa decimonónica con “la silla presidencial en el periodo que va de la 1867 el ascenso de Madero a la presidencia en 1911. Son trece caricaturas que nos presenta donde el personaje principal es la silla presidencial símbolo evidente del poder ejecutivo”.
Explicó que “la caricatura política tiene sus límites, algo que pocos conocen, como “detectar en ella más fácilmente lo que rechaza pero no lo que se suscribe. Concluye la investigadora´: “La caricatura política es un medio para hacer la crítica de ésta pero no es un medio para hacer propuestas. La caricatura pretende poner límites a la autoridad y desenmascarar la tentación de dominio”.
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1 comentario:
Habría que decirle a Cristina -y ya encontraré el medio para hacerlo, que por algo nos movemos en el mismo medio- que eso que ella entiende por "cultura política" no es sino el ejercicio de la política. La cultura política está en el entendimiento que los sujetos, todos, tenemos del poder, la autoridad, y el bien común. Así, las prácticas que ella denuncia -y que existen, ni duda cabe, sólo que no se circunscriben al gobierno federal, sino que se reproducen ampliamente en los estatales y municipales- no son parte de un "gran complot manipulador", sino que existen porque el sujeto, el destinatario de discursos y acciones, las apropia y hace circular.
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